Alianza Lima celebra los 115 años de Alejandro Villanueva

En el marco de los 115 años del natalicio de Alejandro Villanueva, máximo ídolo del club blanquiazul, Alianza Lima brindó un homenaje a su figura y a su recuerdo imperecedero.

Poco antes de iniciar su sesión de entrenamiento en Lurín, el primer equipo posó con una enorme banderola en la que se lucía una imagen de ‘Manguera’ y la leyenda “Alejandro Villanueva, el más grande de todos”.

Los jugadores de Alianza, que se preparan para enfrentar este martes a Atlético Mineiro por la Copa Conmebol Libertadores, se mostraron emocionados y fortalecidos por rendir tributo al ídolo mayor de la historia de Alianza Lima.

Al mismo tiempo, en la Parroquia San Ricardo de Matute, el Club Alianza Lima ofreció una misa por la memoria de Alejandro Villanueva, a la que asistió su hija Luzmila Villanueva, familiares de ‘Manguera’ y representantes de la institución victoriana.

El club blanquiazul preparó esta reseña sobre su máximo ídolo:

El 4 de junio de 1908, en el callejón Santa Rosa ubicado en la calle Pizarro, distrito del Rímac, nació Carlos Alejandro Villanueva Martínez, quien vio la luz en el cuarto número 8. Fue hijo de Melquiades Villanueva, que se dedicó a la albañilería, y de Melchora Martínez, que ayudó lavando ropa.

Su primer juguete fue una pelota de trapo, pues solo la élite limeña podía darse el lujo de tener una de cuero. Sus amigos se sorprendían al ver a Alejandro dominar la pelota de trapo sin dejarla caer al piso. Así empezó a dar muestras de su calidad.

Para poder ayudar en la economía del hogar, se dedicó a la albañilería. A su corta edad, llegaba agotado a casa luego de haber cargado ladrillos y adobes. Más adelante, cuando ya jugaba al fútbol, fue chofer repartidor de gasolina. Su primer puesto fue la portería. Dicen que fue un espectacular arquero del equipo infantil Sport Inca.

Luego pasó a Los Hijos del Sol y al Nacional N.º 1. Su familia se mudó del Rímac al callejón del Pinto, en La Victoria, y ahí conoció a buenos amigos con los que formó el equipo Los once amigos. Al poco tiempo pasó al Teniente Ruiz donde, ya como letal delantero, comenzó a maravillar en segunda división.

Llegó a Alianza Lima en 1927, se adaptó rápidamente a un cuadro formidable y se convirtió en líder por talento y personalidad. Junto a Alberto Montellanos, Kochooi Sarmiento, Demetrio Neyra y José María Lavalle escribió páginas doradas para el club. Alto y delgado como una manguera, se ganó así un apelativo que lo inmortalizaría.

En el primer Campeonato Nacional anotó un gol a Centro Iqueño que sería denominado ‘Villanova’ o ‘Alejandrina’, y más tarde ‘Caracol’. La jugada nació de un centro de Koochoi, ‘Manguera’ se ‘sentó’ en el aire y jaló hacia atrás sus largas piernas para romper las redes. Fue su variante personal de la ‘chalaca’.

Seis veces campeón con Alianza Lima (1927, 1928, 1931, 1932, 1933 y 1934), debutó en la selección en 1927 y disputó la Copa América de ese año. Mundialista en Uruguay 1930 y olímpico en Berlín 1936, jugó 11 partidos con Perú y anotó seis goles, coronándose campeón de los Juegos Bolivarianos Bogotá 1938.

Lideró el denominado ‘Rodillo Negro’, equipo aliancista que en 1935 pasó a la historia con una actuación deslumbrante en Chile. Su genialidad traspasó fronteras, pero él tenía las cosas claras. “Jamás dejaré Alianza, quiero mucho a mi club para poder dejarlo”, diría en 1930 en la revista Variedades.

Dueño de un fútbol alegre y lleno de ingenio, jugó 99 partidos y anotó 71 goles con el club de sus amores. Trascendió tanto su figura que artistas de la época como Pedro Espinel y Felipe Pinglo compusieron valses y polcas en su honor.

Comentarios

.