Se cumplen 26 años sin Ayrton Senna

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La Fórmula 1 cada 1 de mayo recuerda la triste partida de uno de los mejores pilotos de la máxima categoría del automovilismo mundial, el brasileño Ayrton Senna. 

Hoy se cumplen 26 años desde su partida en aquel circuto de Imola que fue escenario del fatídico fin de semana cuando manejaba su Williams FW16 N° 2 y se estrelló contra el muro exterior a 216 km/h. 

"Fue una carrera como en los viejos tiempos, con fuerza, desde el corazón. Tenía que ser inteligente en cuanto a cuándo apretar el ritmo y cuándo contenerme. Fue una carrera fantástica. Estoy feliz por todos. No sólo por mí, sino también por el equipo y los mecánicos. Fue un sueño. Dios sabe, y cuando quiere algo, entonces nada puede detenerlo", comentó Senna a la cadena O'Globo, de Brasil, después de ejecutar lo que la F. 1 considera una de sus mejores victorias de las 41 que selló en 141 grandes premios y de ensayar la mejor primera vuelta de la historia de la categoría. 


El Gran Premio de Brasil de 1991 fue una hazaña a domicilio. En Interlagos, el autódromo paulistano en el que había empezado a manejar en serio en tiempos de karting, ganó con la caja del McLaren respondiendo sólo en una marcha. En Japón, la definición: Nigel Mansell no aguantó detrás del McLaren, hizo un trompo y quedó enterrado en la arena. Senna corrió hasta ganarle a su compañero y amigo Gerhard Berger, pero le devolvió el triunfo y lo dejó ganar cuando enfilaban por la recta principal hacia el banderazo.

Superado ampliamente por el desarrollo técnico de Williams, el poderío de McLaren decreció y el talento de Senna era capaz del milagro de ganar carreras y enhebrar poles con vueltas mágicas, pero no pudo pelear los títulos. A fines de 1993, acordó su llegada a Williams luego del retiro de Prost, cuyo contrato tenía una cláusula que impedía al equipo contratar al brasileño.

Las tres pole positions en sus únicos tres Grandes Premios con Williams son un apunte estadístico. Un tal Michael Schumacher, con aquel Benetton B194 ampliamente superior al Williams, no pudo ganarle una. La primera pole que el alemán anotó en su carrera fue en la competencia siguiente al accidente de Senna en Imola.

Las crónicas de mayo de 1994 apuntan que Ayrton Senna embistió el paredón de la curva Tamburello, posiblemente por la rotura de la barra de dirección del Williams, y su cerebro -aplastado por un brazo de suspensión que entró por el visor del casco- dejó de funcionar inmediatamente. Su corazón paró horas más tarde, en una clínica de Bolonia. Nadie que haya visto correr a Senna puede creerlo.
 

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