Ídolo de Alianza Lima, Alejandro Villanueva nació un día como hoy

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El 4 de junio de 1908, en el callejón Santa Rosa ubicado en la calle Pizarro, distrito del Rímac, nació Carlos Alejandro Villanueva Martínez, quien vio la luz en el cuarto número 8.

Fue hijo de Melquiades Villanueva, que se dedicó a la albañilería, y de Melchora Martínez, que ayudó lavando ropa. Así pasó su infancia el pequeño Alejandro, en la Calle de Malambo, en medio de la pobreza.

Su primer juguete fue una pelota de trapo, pues solo la élite limeña podía darse el lujo de tener una pelota de cuero. Sus amigos se sorprendían al ver a Alejandro dominar la pelota de trapo sin dejarla caer al piso. Así empezó a dar señales de su dominio con el balón.

Para poder ayudar en la economía del hogar, Alejandro se dedicó a la albañilería. A su corta edad, llegaba agotado a casa luego de haber cargado ladrillos y adobes. Más adelante, cuando le dedicó tiempo al fútbol, consiguió el puesto de chofer repartidor de gasolina.

El primer puesto de Alejandro fue la portería. Dicen que fue un espectacular arquero del equipo infantil Sport Inca. Luego pasó a Los Hijos del Sol y al Nacional Nº 1.

Su familia se mudó del Rímac al callejón del Pinto, en La Victoria, y ahí conoció a buenos amigos con los que formó el equipo Los once amigos. Al poco tiempo pasó al Teniente Ruiz donde, ya como delantero, comenzó a maravillar en la segunda división.

SU ARRIBO A ALIANZA

Llegó a Alianza Lima en 1927, proveniente del Teniente Ruiz. El joven Alejandro aprovechó la oportunidad teniendo en cuenta que Guillermo Rivero, el delantero de aquella época, estaba de salida. El destino le tenía preparado un camino teñido de azul y blanco.

Pese a su juventud, rápidamente se adaptó a un cuadro de formidables jugadores y se convirtió en líder por su talento y personalidad. Junto a Alberto Montellanos, Kochooi Sarmiento, Demetrio Neyra y José María Lavalle escribió páginas doradas para Alianza Lima y el fútbol peruano.

En el primer Campeonato Nacional, 'Manguera' le anotó un gol a Centro Iqueño que sería denominado 'Villanova' o 'Alejandrina', y más tarde 'Caracol'. La jugada nació de un centro de Koochoi, 'Manguera' se ‘sentó’ en el aire y jaló hacia atrás sus largas piernas para romper las redes. Fue su variante personal de la ‘chalaca'.

Alto y delgado como una manguera, se ganó por esa razón ese apelativo que lo inmortalizaría. Le sobraba alegría para jugar e inventiva en la cancha. Cuando era necesario hacer una pared, hacía dos. Si el centro llegaba alto, siempre llegaba primero con sus casi dos metros de estatura que no le impedían hacer filigranas en el campo, meter goles y dar asistencias notables. Alejandro fue, sin duda, el jugador más admirado de la época.

EL ‘MAESTRO'


Seis veces campeón con Alianza Lima (1927, 1928, 1931, 1932, 1933 y 1934), Villanueva debutó en la selección en 1927 y jugó la Copa América de ese año. Estandarte de Perú en la Copa del Mundo Uruguay 1930 y en los Juegos Olímpicos Berlín 1936,  ‘Manguera' jugó 11 partidos con la bicolor y marcó seis tantos, coronándose campeón de los Juegos Bolivarianos Bogotá 1938. 

Lideró el denominado ‘Rodillo Negro’, equipo aliancista que en 1935 realizó una gira a Chile para jugar siete partidos, de los cuales ganó seis y empató el restante. Ese plantel tuvo figuras como Adelfo Magallanes, Demetrio Neyra, Jorge Koochoi, José María Lavalle, Juan Valdivieso, Alberto Montellanos, entre otros. Se enfrentaron a equipos como Colo Colo, Unión Española. Audax Italiano, Santiago Wanderers y Magallanes.
El talento de ‘Manguera' traspasó fronteras, pero él siempre tuvo claro cuál era su lugar en el mundo. “Jamás dejaré el Alianza, quiero mucho a mi club para poder dejarlo”,  diría en 1930 en la famosa revista Variedades.

Por todo ese legado, Villanueva es considerado como la figura emblemática de Alianza Lima, al punto que el estadio del club lleva su nombre. Jugó 99 partidos y anotó 71 goles con el club de sus amores. Trascendió tanto su figura  que artistas de la época como Pedro Espinel y Felipe Pinglo compusieron valses y polkas en su honor, Sin duda, un fenómeno al que le debemos la identidad del fútbol peruano.

Cortesía: Prensa Alianza Lima. 

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