Donde se hace deporte, ahí está Héctor Madrid

Michel Dancourt (*)

Intenso. Hiperactivo. Sonriente. Apasionado. Hombre de radio a tiempo completo. Un 9 de febrero de este difícil 2021, don Héctor Madrid Delgado, productor general de Ovación por muchos años, decidió colgar los chimpunes y decir: "Muchachos, nos vemos luego". Su partida duele mucho. Porque si donde se hace deporte está Ovación y si hay siempre un mundo en sintonía, es, fundamentalmente, por su trabajo indesmayable que supo tomarle la posta al gran "Pocho" Rospigliosi, leyenda del periodismo deportivo nacional, y después a su hijo Micky, generador también de un estilo muy propio de hacer periodismo en la radio.

Hincha de sus dos Alianzas (Lima y la de Sullana), 'El Sr. Madrid', como siempre lo llamé por respeto pese a que él me tuteaba con la confianza de su experiencia y el respaldo de su trayectoria periodística, se fue un '9' como homenaje, seguramente, a todos los goles que hizo en la cancha -lo recuerdan como un puntero derecho muy veloz y hábil que no llegó al fútbol profesional por decisión familiar- y a los que hizo en la vida junto a su esposa Norma: sus tres hijas que fueron siempre su adoración. No obstante, y pese a los tantos anotados también en su fructífera carrera profesional con primicias y exclusivas que rebotaron siempre en todos los medios periodísticos, yo lo veía más como el entrenador capaz de convocar a todos para lograr 'armar equipo'. Sabía manejar los egos, los tiempos, las características de cada uno. Con un par de palabras fuertes pero cordiales, superaba los entredichos que suelen aparecer, caprichosos y constantes, cuando está de por medio la adrenalina de una competencia importante y su transmisión de muchas horas. Pícaro, gambeteador, jugando siempre a dos perfiles a diario, después de una buena 'cuadrada', a los cinco minutos dejaba su pequeña oficina para decirte: "Vamos por un café y un pastel de acelga, vamos".

No muy amigo de los celulares y menos del WhatsApp, don Héctor siempre organizó todo en un ‘orden’ decorado de pequeños papeles, apuntes y programaciones gigantes en hojas bulky que solo él entendía bien pero que siempre funcionó a la perfección. Porque era eso: un convocador, un gran organizador, alguien que se preocupaba por los detalles para que relator, comentarista, voz comercial, reportero y todos, sintieran el respaldo de sus años en el oficio.

Se iba de la radio y de San Isidro a Lince seguía trabajando. En el taxi escuchaba la emisora, también en casa y, entonces, volvía a llamar si consideraba que estábamos olvidando algo o pedía más interacción con los oyentes por las redes sociales en los programas estelares y proponía algunas notas más para que el espacio quede redondo. "Tus columnas son punzantes cuando escribes. Así también debes ser, defender siempre tu opinión delante de un micrófono", recuerdo que nos dijo años atrás, cuando nos cursó la invitación de participar en el programa principal de la radio.

Radio Ovación es el 'Sr. Madrid'. Don Héctor siempre será Ovación. Aguardo que, en el cielo, esté feliz repasando las miles de anécdotas que nos contó a todos y que vuelva a disfrutar los mundiales vividos, las transmisiones internacionales y que, en una de esas, esta vez se anime a saludar a todos agarrando un ratito el micrófono, ese amigo silencioso para él, que siempre lo acompañó.

(*) Conductor y panelista de Radio Ovación

Comentarios

.